Muchos trabajadores han pensado alguna vez en convertirse en autónomos. Un paso crítico en la carrera profesional que hay que dar una vez entendemos bien las características del trabajador autónomo, las ventajas de ser autónomo y sus desventajas. En este artículo aclaramos algunos conceptos que todo autónomo debe conocer.
En España llamamos trabajador autónomo al profesional independiente que realiza de forma habitual, personal y directa, una actividad económica a título lucrativo, sin sujeción a contrato de trabajo, y que eventualmente puede utilizar el servicio remunerado de otras personas.
Un autónomo gestiona un negocio que lleva su nombre, lo que conlleva emitir facturas y cotizar a la Seguridad Social. Podemos extraer cuatro características principales del trabajador autónomo de esta definición.
Ser autónomo significa ser independiente, tomar tus propias decisiones sin esperar que un jefe te diga lo que tienes que hacer. Un sueño hecho realidad para aquellos empleados que trabajan como subordinados de jefes con los que no simpatizan.
Si intuyes que nunca obtendrás el ascenso que mereces siempre puedes optar por darte de alta como trabajador autónomo y convertirte en tu propio jefe.
Es muy probable que no encuentres ninguna oferta laboral con el trabajo perfecto para ti. Quizá la única manera de realizar la actividad laboral que realmente deseas es ser un trabajador autónomo y no un empleado de una empresa que no te pertenece. El trabajador autónomo decide qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo.
Liberarse de las ataduras de un jefe y ser dueño de tu destino no evita tener obligaciones. Una de las primeras cosas que tendrás que hacer para ser autónomo es darte de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). No debes angustiarte ante una previsible sucesión de interminables procesos administrativos, darse de alta en el RETA es muy fácil. Desde la sede electrónica de la seguridad social podremos realizar todos los trámites necesarios, así como las modificaciones necesarias cuando sea oportuno cambiar de base de cotización o alguno de nuestros datos personales. Si quieres ser un experto en cuestiones impositivas, la mejor opción es matricularte en un curso práctico IRPF.
Si quieres convertirte en un nuevo autónomo, estás de enhorabuena, porque podrás disfrutar de lo que popularmente se conoce como la tarifa plana del autónomo, una ayuda para los profesionales que inician su aventura profesional.
Esta medida supone una importante rebaja en la cuota que tiene que pagar un autónomo a la Seguridad Social cuando inicia su actividad, de tal manera que en lugar de los 290 euros que se pagan habitualmente, comenzará pagando tan solo 60 euros los primeros doce meses y luego se irá incrementando esta cantidad progresivamente hasta llegar a la tarifa normal.
Destacamos tres ventajas y tres desventajas que tienen los trabajadores autónomos frente a los trabajadores por cuenta ajena.
Forma el equipo Profesionales que mejor se ajuste a tus objetivos. Escoge tu mercado objetivo entre los clientes más atractivos. En definitiva, trabaja con y para quien quieras.
Como autónomo tienes el potencial para ganar más dinero que como trabajador por cuenta propia, ya que no hay una empresa entre tú y el cliente que se lleve la mayoría de los beneficios.
Si te disgusta estar atado a un horario laboral, como autónomo podrás trabajar a la hora que tú quieras. Puedes hasta tomarte libres los días que quieras si eres capaz de organizarte y mantener una alta productividad.
Debemos ser muy prudentes y asegurar la viabilidad económica del proyecto antes de renunciar a otras fuentes de ingresos. Debe existir además cierta coherencia entre la inversión realizada y el retorno esperado de la inversión.
No es sencillo conseguir financiación externa para negocios en un estado embrionario. Es probable que debas arrancar con tus propios recursos hasta que consigas estabilizar el flujo de ingresos.
Cotizar en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos no te da derecho a recibir prestación por desempleo. Además, la incapacidad temporal se empieza a cobrar a partir del decimoquinto día de la baja, sin distinguir entre el carácter común o profesional de la enfermedad o accidente. En la incapacidad permanente no está protegida la parcial ni las lesiones permanentes no invalidantes. Por otra parte, no cabe la jubilación anticipada antes de los 65 años salvo que haya cotizaciones a otros regímenes o en situaciones especiales.
Los autónomos se suelen clasificar en dos grandes categorías de acuerdo al tipo de actividad profesional realizada: autónomos dedicados a actividades empresariales y autónomos dedicados a actividades artísticas o deportivas. Más allá de estas dos grandes categorías conviene señalar a los autónomos agrarios por tener unas condiciones muy peculiares a nivel sectorial e impositivo.
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